Nuestra salud alimenticia no es solo lo que comemos. El valor nutricional de la comida es algo obvio e indispensable, pero aquí buscamos saber lo que sientes cuando comes y porqué lo sientes.
Siendo la alimentación fundamental para nuestra sobrevivencia, ¿hasta que punto la podemos considerar como vinculo afectivo de nuestro bienestar?
Cuántas emociones y que placer nos da el acto de comer y en que viajes te transportan los sabores.
Cómo te gusta compartir, cuántas veces se hace personaje principal de una película del pasado, a veces muy lejano y casi olvidado en tu mente.
Los sabores se van mezclando con los olores y los colores de nuestros sentimientos, recuerdos y emociones.
El camino de la elección esta ya premeditado en nuestro subconsciente, es algo singular, algo que buscamos a diario, la elección de lo que comemos, cómo lo comemos, con quién lo vamos a compartir y dónde lo haremos es mucho más que una simple elección.
Conseguiremos encontrar nuestras respuestas a las preguntas que nunca nos habíamos hecho, marcamos un objetivo a alcanzar y pasamos a la acción.
El objetivo es desvelar en nuestro interior la historia de nuestra esencia, descubrir quien somos, para poder descubrir porque cada mirada es diferente y nos hace seres únicos e inimitables.
Cuando ya sabemos quienes somos, donde estamos y de que somos capaces, podemos conseguir alcanzar nuestro objetivo.
Nuestro cerebro finge, adultera y falsifica por alguna razón; para sobrevivir. Creamos fantasías y fabulaciones, que nos resultan reales con un sentido completo y que nos permiten tener el control.
Las historias se vuelven conscientes y en realidad son más importantes que la propia historia verdadera. Cuál será de ellas la más veraz, si todos y cada uno de nosotros interpretamos de forma distinta la misma realidad.
La realidad personal es una ilusión construida en cada uno de nosotros a partir de percepciones.